1919-1949
Nació en la ciudad de México el 18 de febrero de 1879. Fue hijo de don Javier Cuevas y doña Emilia García de Cuevas.
Tal vez una de las razones de su apasionada vinculación a la historia de México fuera su conciencia de ser descendiente de una familia relacionada al desarrollo de nuestra nación, desde sus inicios allá en el siglo XVI en el que su antepasado Juan de Cuevas fuera secretario del contador Real Rodrigo de Albornoz y al lado de éste y otros pobladores fundara el Colegio de Nuestra Señora de la Caridad para niñas mestizas y españolas con el fin de fomentar la estabilidad social en la nueva nación.
Sin embargo, su formación académica y el desarrollo de sus investigaciones históricas están configuradas por lo que en él fue la opción fundamental de su vida, esto es, la realización de su vocación religiosa, mediante el ingreso a la Compañía de Jesús. Acto que efectuó en Loyola el 24 de septiembre de 1893. Allí siendo ya jesuita cursó Humanidades y después en Burgos y Oña, Retórica y Filosofía. Tras nueve años de estudios en España regresó a México en donde ejerció el magisterio de Letras Humanas e Historia en los colegios jesuitas de Saltillo y Puebla.
En 1906 fue enviado a estudiar Teología y Cánones a San Luis Missouri donde se ordenó sacerdote el 27 de agosto de 1909.
Después de esa amplia preparación, se le trasladó a Roma para que se dedicase plenamente a los estudios históricos. En la Universidad Gregoriana bajo la dirección del Padre Ehrle y al lado del Padre Fidel Savio, aprendió Propedéutica Histórica, Paleografía, Diplomática y Arqueología. Posteriormente pasó a la Universidad de Lovaina en la cual estudió Metodología Histórica donde obtuvo el título de Doctor en Ciencias Históricas.
Teniendo ya esta sólida preparación empezó a realizar una magna obra de investigación encaminada a reunir documentos relativos a México dispersos en archivos y bibliotecas del extranjero, necesarios para un más claro y profundo conocimiento de nuestra historia nacional. De ellos obtuvo según Ezequiel Chávez más de tres mil páginas fotocopiadas que trajo a México. En la ciudad de México investigó en el Archivo General de la Nación, en la biblioteca Palafoxiana de Puebla, sin olvidar la rica colección Lafragua y seguramente otras más que escapan a nuestro conocimiento. Ese trabajo de investigador que implicó años de pesado trabajo paleográfico, constituye en sus ciento ochenta tomos de fotocopias de documentos uno de los más preciosos tesoros que el historiador pudo reunir para su patria.
De esos testimonios empezó a hacer publicaciones que sirvieran a los investigadores. Obras que presentó anotadas y prologadas por él.
De estas tenemos por ejemplo: Documentos Inéditos del Siglo XVI para la Historia de México. Ed. Museo Nacional 1914.- Testamento de Hernán Cortés, Descubierto y Anotado por el Padre Mariano Cuevas. Ed. Asilo Patricio Sanz 1925. Obra que acrecentó con la edición facsimilar que hiciera del original que halló en el Protocolo de Sevilla y publicó como Testamento y Postrera Voluntad a Hernán Cortés. México 1930. Respecto a la independencia de México editó un grueso volumen, 480 páginas, titulado El Libertador, Documentos selectos de D. Agustín de Iturbide. Ed. Patria 1947.
Dentro de esta misma línea publicó obras inéditas de historiadores antiguos descubiertas por él o poco conocidas como: Tesoros documentales de México Siglo XVIII.- Priego, Zelis, Clavijero.- Ed. Galatea 1944. Historia de los descubrimientos Antiguos y Modernos de la Nueva España escrita por el Conquistador Balcázar de Obregón. Año 1584. Ed. Secretaría de Educación Pública, 1924.
Descripción de la Nueva España en el Siglo XVII por el P Fray Antonio Vázquez de Espinoza y otros documentos del Siglo XVII. Ed. Patria 1944. Un año después publicó Puebla de los Ángeles en el Siglo XVII. Crónica de Puebla por Don Miguel Zerón Zapata y de Don Manuel Fernández de Santa Cruz. Misiones en Puebla y sus contornos. De re Metálica. México Ed. Patria. A ésta siguió en el mismo 1945 la Historia Antigua de México del jesuita Francisco Javier Clavijero, obra que prolongada y anotada por él editó en México, Porrúa, 1945.
Como historiador publicó numerosas obras personales cuya temática, mexicanista siempre, comprende guadalupanismo e historia de México en el amplio período que va del Siglo XVI al XX. Sus escritos se encuentran en forma de discursos, artículos y ponencias, en revistas, periódicos y libros.
De la bibliografía del Padre Mariano Cuevas, solamente señalaremos algunas obras cuya temática va reflejando su personalidad de historiador sacerdote evidenciando así las motivaciones que como tal, tuvo al dedicar a ellas, los largos años de su vida.
Entre sus discursos se encuentra el Documento relativo a la tradición del milagro guadalupano en relación con Zumárraga, pronunciado en la Real Academia de Historia de Madrid el 27 de junio de 1919, dentro de la sesión en que se acordó la fundación de la Academia Mexicana de la Historia Correspondiente con la Española de la que fue miembro fundador. Otro importante discurso fue Orígenes del Humanismo en México, que pronunció el 21 de junio de 1933 al ingresar a la Academia Mexicana de la Lengua Correspondiente de la Española.
Entre sus artículos y conferencias en congresos se hallan “La pimera misa celebrada en Cozumel el 7 de mayo de 1518” que aparecería en el Álbum del Congreso Eucarístico Nacional de 1924. Con motivo del IV Centenario de las apariciones guadalupanas publicó el Álbum Histórico Guadalupano colaborando también en el Homenaje Popular del IV Centenario; ambos editados en 1930. En 1931 se publicaron en Querétaro las conferencias guadalupanas que dictara en la Catedral de esa ciudad, año mismo en que verá la luz pública en México una pequeña y hermosa obra titulada Cuatro siglos de fervor Guadalupano y Guía de Peregrinos.
Si bien todas estas obras de carácter religioso son interesantes, la más importante de todas por su trascendente contenido es la que vincula la acción de la Iglesia Católica con el desarrollo de la vida nacional, su Historia de la Iglesia en México (1921-1924) a la que dedicó más de diez años de su vida.
En Nueva York publicó el año de 1929 The Codex Saville: America’s Oldest Book y en 1932 Expulsion of the Jesuits from Mexico, y Martyrs of the XVII and XVIII century.
Años de investigación y trabajos de síntesis fue sin duda su Historia de la Nación Mexicana, obra monumental de más de mil páginas publicada en 1940, que suscitó encarnizadas polémicas que lo llevaron a rectificar, aclarar y anotar varios párrafos.
No le alcanzó la vida para revisarla totalmente como era su propósito empero, dada su reconocida importancia, se hizo en 1952, una segunda edición con correcciones que su autor pudo realizar, reimpresa en 1967.
Mientras la polémica de su Historia ardía, el infatigable escritor volvía los ojos al azul Pacífico y publicaba su Monje y Marino. La Vida y los tiempos de Fray Andrés de Urdaneta, en 1944.
El Padre Mariano Cuevas S. J. falleció el 31 de marzo de 1949 legándonos a más de un tesoro documental sus numerosas publicaciones. Para entenderlas hay que situarlas en su momento histórico. Así consideramos que sus obras guadalupanistas y las del Congreso Eucarístico Nacional Mexicano responden a ese movimiento que trató de unificar a los católicos para defender sus derechos, frente a la agresiva persecución religiosa desatada por el gobierno, y con mayor claridad comprenderemos que en su Historia de la Nación Mexicana él mismo esté involucrado en la lucha por una nación cuyos valores quiere defender con “ardiente pasión patriótica”.
José Luis Martínez.