VITO ALESSIO ROBLES

1937-1957

Oriundo de Saltillo, nace en 1879. Estudia en el Ateneo Fuente, de esa ciudad capital del estado de Coahuila. De allí pasa a la capital de la nación mexicana, a realizar estudios en el Colegio Militar de Chapultepec, donde se recibe de ingeniero militar. Su carácter de militar le hace estar en México, Jalapa, Monterrey y Sonora. En esta última región, cerca del río Yaqui, conoce a la que será su esposa, Trinidad Cuevas Espinosa.

Como era soldado institucional, pelea contra Madero en Chihuahua, siendo herido en Malpaso. Al triunfo de Madero, cuando éste asume la presidencia, Alessio se entrevista con él y el Gral. González Salas lo nombra jefe de su Estado Mayor. Ocupa varios puestos públicos, llegando inclusive a ser agregado militar en la Legación de México en Roma. Por la traición de Huerta, pide su baja del ejército, lo cual le ocasiona persecuciones y cárceles. Lograda su baja, se une a las filas revolucionarias y pelea en la División del Norte, con Felipe Ángeles, tomando parte en las batallas de Paredón y Torreón. Representa a Villa en la Convención Nacional Revolucionaria, en Aguascalientes, y es nombrado gobernador del Distrito Federal.

Colabora en varios periódicos y dirige El Heraldo de México y El Demócrata. Investiga en el Archivo General de la Nación, al tiempo que se desempeña como diputado por el Distrito Federal y luego como senador por Coahuila. Ministro de México en Suecia, aprovecha para visitar bibliotecas y archivos de España. A su vuelta a México dirige el Partido Nacional Antirreeleccionista, contrario a Obregón. Su candidato, el Gral. Arnulfo R. Gómez, es acusado de levantamiento, y fusilado. Alessio Robles, dando ejemplo de valor civil, reclama su cadáver y dice ante él un sentido discurso. Obregón triunfa pero es asesinado. Se crea el Partido Nacional Revolucionario, antecedente del Partido Revolucionario Institucional, manipulado por Calles, hasta que Cárdenas lo frenó. En contra del candidato de ese partido, Pascual Ortiz Rubio, en 1929 Alessio Robles y su partido apoyan a José Vasconcelos para presidente de la República, y él mismo es candidato a gobernador de Coahuila. Pero la campaña fracasa y el resultado es el destierro. Desterrado ese mismo año, en Austin, Texas, se dedica a la investigación histórica.
Vuelve en 1930, para abandonar su militancia partidista y dedicarse de lleno a la cultura. Enseña desde la cátedra, da conferencias y escribe artículos y libros, sobre todo en el ámbito de la historia de México. Fue profesor de Historia de las Provincias Internas de la Nueva España en la Facultad de Filosofía y Letras en 1947, hasta 1950, en que su estado de salud se lo impidió. Fue nombrado miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia en 1937. Muere en México, Distrito Federal, en 1957.

Su producción bibliográfica es vasta. Aun del campo histórico sólo mencionaremos algunos que nos han parecido importantes. En 1927 publica su primer libro, Bibliografía de Coahuila, en la colección de bibliografías dirigida por Genaro Estrada. En 1931 sale a luz Francisco de Urdiñola y el norte de la Nueva España. También escribe Coahuila y Texas en la época colonial. Vienen después los dos tomos desde Coahuila y Texas desde la consumación de la Independencia hasta el tratado de paz de Guadalupe el Hidalgo (1945 y 1946). Editó la Memoria sobre el estudio de las provincias Internas de Oriente presentada a las Cortes de Cádiz, de Miguel Ramos Arizpe (Bibliófilos Mexicanos, 1932); el Viaje de Indios y Diario de Nuevo México, de fray Agustín de Morfi (misma colección, 1935); la Demostración del vastísimo obispado de la Nueva Vizcaya, 1765: Durango, Sinaloa, Arizona, Nuevo México, Chihuahua y Porciones de Texas, Coahuila y Zacatecas, de Pedro Tamarón y Romeral (Biblioteca Histórica Mexicana de Obras Inéditas, 1937); la Relación del viaje que hizo a los Presidios Internos, situados en la frontera Septentrional, pertenecientes al Rey de España, de Nicolás de Lafora (Ed. Pedro Robredo, 1939); y el Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España, de Alejandro de Humboldt (misma editorial, 1941). Con más carácter de divulgación se publicaron Ramos Arizpe (Biografías Populares de la UNAM); Discursos, memorias e informes, de ese mismo prócer de la Independencia (Biblioteca del Estudiante Universitario); y El barón Alejandro de Humboldt (La Habana: Casa de las Américas, y México: Secretaría de Educación Pública). De carácter biográfico, escribió El ilustre maestro Andrés Manuel del Río (Escuela Nacional de Ingenieros); El historiador Carlos Pereyra; El pensamiento del Padre Mier (Biblioteca Enciclopédica Popular de la SEP y Colección Metropolitana de la Ciudad de México); y Miguel Bernard, gran adalid de la educación técnica en México. Producto de su investigación en el Archivo Histórico Militar Mexicano fueron La correspondencia de Agustín de Iturbide después de la proclamación del Plan de Iguala; Diario y derrotero de lo caminado, visto y observado en la visita que hizo a los presidios de la Nueva España Septentrional el brigadier Pedro de Rivera; Los principales episodios del sitio de Querétaro, por el general Sóstenes Rocha; y el primer tomo de la Guía de ese Archivo. Escribió además otros libros. Publicó igualmente varios ensayos en las Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, así como en los Anales del Museo de Antropología e Historia. Abordó el tema de la imprenta en el estado de Coahuila, al igual que otros temas históricos. Finalmente, escribió asimismo algunas obras de carácter político además de histórico, como Los tratados de Bucareli; Desfile sangriento, y Mis andanzas con nuestro Ulises, en el que narra la accidentada campaña presidencial de Vasconcelos, en la que participó intensamente.

Para la historiografía de la filosofía política colonial de México resultan de un singular interés sus trabajos sobre Miguel Ramos Arizpe, el ilustre coahuilense que estuvo presente en las Cortes de Cádiz, y a quien se considera el verdadero padre del federalismo, por haber sido autor de los documentos que le dieron origen en 1824. Al describir con una certera pincelada el recio influjo de la tierra sobre la formación de Ramos Arizpe, Alessio Robles da un inmejorable bosquejo de las causas que dieron origen al carácter del norteño, esto es, del mexicano del norte: «Descendiente en línea recta de los férreos conquistadores que poblaron y pacificaron, tras cruenta lucha, la Nueva Vizcaya, el Nuevo Reino de León y la Nueva Extremadura, que tenían que defenderse continuamente contra los asaltos de los indios, que no encontraron aborígenes mansos y dóciles que los sustentaran y los enriquecieran, hubieron ellos mismos de empuñar las manceras de los arados para hacer fructificar los ricos trigales, y llevar, al mismo tiempo, al alcance de sus brazos, los mosquetes y las adarga.

Mauricio Beuchot